El café de especialidad ofrece perfiles de sabor únicos, con notas frutales, florales o achocolatadas, gracias a su cultivo y procesamiento cuidadosos. En comparación, el café comercial suele tener un sabor plano y amargo.

A diferencia de muchas cápsulas y cafés torrefactos, el café de especialidad es puro, sin azúcares ni aditivos añadidos, lo que lo convierte en una opción más saludable y natural.

Comprar café de especialidad es apoyar prácticas sostenibles y de comercio justo que benefician a los productores y al medio ambiente. En cambio, la producción masiva de café comercial no prioriza estas prácticas, afectando a las comunidades y al ecosistema.

Este café utiliza únicamente granos arábica, una variedad de alta calidad con sabores equilibrados y menos amargor. El café comercial, en cambio, suele incluir robusta, más barata pero con un sabor áspero y menos atractivo.

Cada grano de café de especialidad tiene un origen claro y rastreable, desde la finca hasta la taza, asegurando autenticidad y transparencia, algo raro de encontrar en el café comercial.

El café de especialidad se tuesta en pequeñas cantidades para conservar sus sabores y aromas frescos. En cambio, el café comercial se tuesta de forma masiva y se almacena por largos periodos, perdiendo calidad y frescura.